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Saturday

April 27, 2024


Section 1 of 2

Proverbs 6

About 4.9 Minutes

Hijo mío, si has salido fiador de tu vecino,
    si has hecho tratos para responder por un extraño,
si te has comprometido verbalmente,
    enredándote con tus propias palabras,
    entonces has caído en manos de tu prójimo.
Si quieres librarte, hijo mío, este es el camino:
    Ve corriendo y humíllate ante él;
    procura deshacer tu compromiso.
No permitas que se duerman tus ojos;
    no dejes que tus párpados se cierren.
Líbrate, como se libra del cazador la gacela,
    como se libra de la trampa el ave.

¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga!
    ¡Fíjate en lo que hace y adquiere sabiduría!
No tiene quien la mande
    ni quien la vigile ni gobierne;
con todo, en el verano almacena provisiones
    y durante la cosecha recoge alimentos.

Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado?
    ¿Cuándo despertarás de tu sueño?
10 Un corto sueño, una breve siesta,
    un pequeño descanso, cruzado de brazos…
11 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
    y la escasez como un hombre armado!

12 El perverso y el malvado,
    el vagabundo de boca corrupta,
13 hace guiños con los ojos
    y señas con los pies y con los dedos.
14 Él trama el mal en su corazón
    y siempre anda provocando pleitos.
15 Por eso le sobrevendrá la ruina;
    ¡de repente será destruido y no podrá evitarlo!

16 Hay seis cosas que el Señor aborrece

y siete que le son detestables:

17 los ojos que se enaltecen,

la lengua que miente,

las manos que derraman sangre inocente,

18 el corazón que trama planes perversos,

los pies que corren a hacer lo malo,

19 el testigo falso que propaga mentiras

y el que siembra discordia entre hermanos.

20 Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre
    y no abandones la enseñanza de tu madre.
21 Grábatelos en tu corazón;
    cuélgatelos al cuello.
22 Cuando camines, te servirán de guía;
    cuando duermas, vigilarán tu sueño;
    cuando despiertes, hablarán contigo.
23 El mandamiento es una lámpara,
    la enseñanza es una luz
y la disciplina es
    el camino a la vida.
24 Te protegerán de la mujer malvada,
    de la mujer ajena y de su lengua seductora.

25 No abrigues en tu corazón deseos por su belleza
    ni te dejes cautivar por sus ojos.

26 Pues la ramera va tras un pedazo de pan,
    pero la mujer ajena busca tu valiosa vida.
27 ¿Puede alguien echarse brasas en el pecho
    sin quemarse la ropa?
28 ¿Puede alguien caminar sobre las brasas
    sin quemarse los pies?
29 Pues tampoco quien se acuesta con la mujer ajena
    puede tocarla y quedar impune.

30 No se desprecia al ladrón
    que roba para mitigar su hambre;
31 pero si lo atrapan, deberá devolver
    siete tantos lo robado,
    aun cuando eso le cueste todas sus posesiones.
32 Pero el que comete adulterio es falto de juicio;
    el que así actúa se destruye a sí mismo.
33 No sacará más que golpes y vergüenzas,
    y no podrá borrar su humillación.

34 Porque los celos desatan la furia del esposo
    y este no perdonará en el día de la venganza.
35 No aceptará nada en desagravio
    ni se contentará con muchos regalos.


Section 2 of 2

acts 19

About 4.4 Minutes

Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones del interior y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.

—¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? —preguntó.

—No, ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo —respondieron.

—Entonces, ¿qué bautismo recibieron? —preguntó.

—El bautismo de Juan —respondieron.

Pablo les explicó:

—Juan bautizó con un bautismo de arrepentimiento, y le indicaba a la gente que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús.

Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.

Pablo entró en la sinagoga y habló allí con toda valentía durante tres meses. Discutía acerca del reino de Dios, tratando de convencerlos, pero algunos se negaron obstinadamente a creer, y ante la congregación hablaban mal del Camino. Así que Pablo se alejó de ellos y formó un grupo aparte con los discípulos; y a diario debatía en la escuela de Tirano. 10 Esto continuó por espacio de dos años, de modo que todos los judíos y los que no eran judíos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar la palabra del Señor.

11 Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo, 12 a tal grado que a los enfermos les llevaban pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de Pablo, y quedaban sanos de sus enfermedades; también los espíritus malignos salían de ellos.

13 Algunos judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar sobre los endemoniados el nombre del Señor Jesús. Decían: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!». 14 Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era uno de los jefes de los sacerdotes judíos.

15 Un día el espíritu maligno les respondió: «Conozco a Jesús y conozco a Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?». 16 Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno los dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos.

17 Cuando se enteraron los judíos y los que no eran judíos que vivían en Éfeso, el temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era glorificado. 18 Muchos de los que habían creído llegaban ahora y confesaban públicamente lo que habían hecho. 19 Un buen número de los que practicaban la hechicería juntaron sus libros en un montón y los quemaron delante de todos. Cuando calcularon el precio de aquellos libros, resultó un total de cincuenta mil monedas de plata. 20 Así la palabra del Señor crecía y se difundía con poder arrollador.

21 Después de todos estos sucesos, Pablo tomó la determinación de ir a Jerusalén, pasando por Macedonia y Acaya. Decía: «Después de estar allí, tengo que visitar Roma». 22 Entonces envió a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, mientras él se quedaba por algún tiempo en la provincia de Asia.

23 Por aquellos días se produjo un gran disturbio a propósito del Camino. 24 Un platero llamado Demetrio, que hacía figuras en plata del templo de Artemisa, proporcionaba a los artesanos no poca ganancia. 25 Los reunió con otros obreros del ramo y les dijo:

—Compañeros, ustedes saben que obtenemos buenos ingresos de este oficio. 26 Les consta además que el tal Pablo ha logrado persuadir a mucha gente no solo en Éfeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Él sostiene que no son dioses los que se hacen con las manos. 27 Ahora bien, no solo hay peligro de que se desprestigie nuestro oficio, sino también de que el templo de la gran diosa Artemisa sea menospreciado y que la diosa misma, a quien adoran toda la provincia de Asia y el mundo entero, sea despojada de su divina majestad.

28 Al oír esto, se enfurecieron y comenzaron a gritar:

—¡Grande es Artemisa de los efesios!

29 Enseguida toda la ciudad se alborotó. La turba en masa se precipitó en el teatro, arrastrando a Gayo y a Aristarco, compañeros de viaje de Pablo, que eran de Macedonia. 30 Pablo quiso presentarse ante la multitud, pero los discípulos no se lo permitieron. 31 Incluso algunas autoridades de la provincia, que eran amigos de Pablo, le enviaron un recado, rogándole que no se arriesgara a entrar en el teatro.

32 Había confusión en la asamblea. Cada uno gritaba una cosa distinta, y la mayoría ni siquiera sabía para qué se habían reunido. 33 Los judíos empujaron a un tal Alejandro hacia adelante, y algunos de entre la multitud lo sacaron para que tomara la palabra. Él agitó la mano para pedir silencio y presentar su defensa ante el pueblo. 34 Pero cuando se dieron cuenta de que era judío, todos se pusieron a gritar a un mismo tiempo como por dos horas:

—¡Grande es Artemisa de los efesios!

35 El secretario del concejo municipal logró calmar a la multitud y dijo:

—Ciudadanos de Éfeso, ¿acaso no sabe todo el mundo que la ciudad de Éfeso es guardiana del templo de la gran Artemisa y de su estatua bajada del cielo? 36 Ya que estos hechos son innegables, es preciso que ustedes se calmen y no hagan nada precipitadamente. 37 Ustedes han traído a estos hombres, aunque ellos no han cometido ningún sacrilegio ni han blasfemado contra nuestra diosa. 38 Así que, si Demetrio y sus compañeros de oficio tienen alguna queja contra alguien, para eso hay tribunales y gobernadores. Vayan y presenten allí sus acusaciones unos contra otros. 39 Si tienen alguna otra demanda, que se resuelva en legítima asamblea. 40 Tal y como están las cosas, con los sucesos de hoy corremos el riesgo de que nos acusen de causar disturbios. ¿Qué razón podríamos dar de este alboroto, si no hay ninguna?

41 Dicho esto, despidió la asamblea.

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